El precio del aceite de oliva se comporta como una bolsa de valores porque, básicamente, se reduce a la ley de la oferta y la demanda. Es por esto por lo que comprobamos que hay veces que sube y otras veces que baja; si bien, entran en juego otros factores además de esta ley mercantil.
Los precios del aceite de oliva siguen una tendencia alcista clara, hecho que puede observarse al comparar los precios de los últimos 10 años. El mercado del aceite de oliva crece anualmente impulsado por la creciente demanda internacional de los nuevos consumidores que valoran sus beneficios saludables y que empiezan a incorporarlo en sus dietas.
Como hemos dicho, el aceite de oliva es un mercado bastante complejo que se comporta igual que lo hace el mercado de la bolsa de valores, en la que destaca las continuas oscilaciones en el precio.
En la actualidad, existen sistemas que pretenden controlar estas fluctuaciones. En España, por ejemplo, se puede seguir el precio del aceite de oliva de forma directa a través de Poolred.
Poolred es un portal online transparente cuya información está al alcance de cualquiera y donde se pueden observar todas las operaciones de compra y venta justo en el momento en que se están realizando. Además, analiza los precios de tres tipos de aceites de oliva: virgen extra, virgen y lampante.
A través de portales como Poolred, productores y compradores (distribuidores, exportadores, consumidores y otros intermediarios) pueden conocer en tiempo real el precio medio en origen que se está pagando por los diferentes tipos de aceites de oliva.
Veamos a continuación qué factores influyen en el precio del aceite de oliva virgen extra:
Una mala cosecha provoca una reducción de la producción de aceitunas. Las malas condiciones climatológicas cambiantes son la causa de una mala cosecha. En España, por ejemplo, la subida de temperaturas y la sequía constante son dos de los problemas con los que se enfrenta la producción.
Otra razón es la aparición de plagas y enfermedades que puedan llegar a ocasionar que el olivo no goce de buena salud, por lo que baja la producción de aceitunas.
La vecería es un fenómeno natural que consiste en que el propio olivo varía su producción de una cosecha a otra. Si en una cosecha produce una gran cantidad de fruto, en consecuencia, se da otra con menos producción.
En este año, hemos visto cómo la inflación ha subido los precios de productos de primera necesidad, gasolina, luz… La agricultura también es una de las grandes afectadas.
Los altos costes de la gasolina y de los productos para el cuidado del olivo que requieren pueden ser dos causas de la variación de los precios en el aceite de oliva. La luz supone un gran coste de producción, puesto que en las almazaras se necesita de un gran uso eléctrico.
Si hay una fuerte demanda de aceite de oliva, que se une con una baja producción del producto, significa que el mercado no puede satisfacer esa demanda y sube el precio del aceite de oliva virgen extra.
En los últimos años, se está notando una fuerte subida en el consumo de aceite de oliva virgen extra en países donde no se utilizaba anteriormente, debido a campañas realizadas por expertos en nutrición considerando al aceite de oliva virgen extra como la grasa de origen vegetal más saludable.
Ciertos comportamientos especulativos por parte de mayoristas hacen que el precio del aceite de oliva suba de manera intencionada.
Por ejemplo, si los distribuidores prevén una cosecha escasa para el próximo año, se aprovisionan durante el año comprando más cantidad de producto a precio más bajo, lo almacenan en grandes depósitos y lo venden la próxima cosecha cuando el precio en origen del aceite de oliva suba.
Diferenciamos aquí varios tipos de cultivo, como puede ser el ecológico, el convencional, el olivar de sierra, de campiña o loma…
Así, un aceite de olivar ecológico produce hasta un 40% menos que un olivar convencional, por lo que el precio del primero será siempre más alto.
Por otra parte, un aceite de oliva virgen extra producido en un olivar de sierra siempre aumentará su coste debido a la climatología y la orografía, las cuales disminuyen la producción, y debido a la imposibilidad de mecanizar la recogida de la aceituna.
Asimismo, un olivar tradicional de secano reduce la producción de aceitunas frente a un olivar de regadío, por lo que también será su coste mayor.
Los aceites de oliva que poseen este sello de calidad certifican que todos sus procesos de producción están debidamente reglados y ofrecen al consumidor final cierta confianza sobre su origen y calidad del producto. Esto encarece el precio final del aceite de oliva virgen extra.
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